SOCIEDAD HIPER
La Era Digital ha traído consigo una gran cantidad de cambios que han modificado la forma en que interactuamos y nos relacionamos en nuestra sociedad. Uno de los principales efectos de esta revolución tecnológica es la sobrecarga de información e hiperconexión aparente. El acceso a la información en el mundo digital se muestra de forma "ilimitada", lo que brinda tanto de beneficios como consecuencias negativas en la vida diaria.
Un destacado sociólogo que reflexiona sobre la inmediatez que se vive en nuestra sociedad contemporánea es Zygmunt Bauman. El argumenta que gracias a Internet todo se ha vuelto rápido, temporal, sin compromiso, un mundo efímero donde el flujo constante de información es uno de los elementos centrales que definen la realidad actual (Bauman, 2000). Así, en su libro "Modernidad Líquida", acuña el término "sociedad líquida" para referirse a una colectividad con interacciones cada vez más fluidas y cambiantes.
La teoría de "sociedad líquida" propuesta por Bauman, describe características vigentes de una realidad inmersa en la Era Digital. Según el autor, coexistimos con la información globalizada en tiempo real, con la fluidez e incertidumbre del ahora, donde estructuras sociales tradicionales se han vuelto cada vez más volátiles. En teoría, dentro de una sociedad líquida, las personas tienden a vincularse más de forma superficial/temporal, en lugar de relaciones duraderas/significativas.
Puntos importantes para entender la teoría de sociedad líquida:
Consumismo desechable: se fomenta el consumo rápido y la obsolescencia programada, donde los productos se vuelven obsoletos rápidamente para ser reemplazados por versiones más nuevas.
Individualismo, fragmentación social: Las personas se centran más en sus propios intereses y objetivos, la solidaridad comunitaria se debilita, lo que lleva a la falta de cohesión social en la vida real.
Relaciones amorosas fugaces: Aplicaciones de citas y redes sociales han facilitado la conexión rápida entre las personas, lo que genera relaciones breves, sin profundidad emocional ó poco comprometidas.
Deslocalización de las identidades: Las identidades individuales se vuelven más fluidas, cambiantes. Usuarios de la web pueden adaptar/modificar tanto su imagen como su personalidad en diferentes contextos ó plataformas online.
Por otro lado, el filósofo surcoreano Byung-Chul Han desarrolló el trabajo "La Sociedad del Cansancio" (2010), para describir las características de la sociedad contemporánea expuesta, marcada por el agotamiento físico y mental. Según Han, en lugar de estar dominados por la represión y la disciplina por terceros, como afirmaba Michel Foucault, nos encontramos en una sociedad donde la auto-disciplina y la auto-represión son la norma.
Byung-Chul argumenta que gracias a la hiper conectividad vivimos una momento histórico en que estamos sometidos a una presión constante para ser productivos, eficientes, exitosos. Esta lógica de rendimiento nos lleva a exigirnos cada vez más, a estar siempre disponibles y a convertirnos en autónomos explotadores de nosotros mismos. De acuerdo al autor, como resultado, nos enfrentamos a una fatiga crónica, tanto física como mental.
Dúos clave para entender la sociedad del cansancio en nuestra realidad actual:
Hiperconexión/Disponibilidad constante: Las redes sociales nos mantienen constantemente conectados, en apariencia "disponibles", lo que dificulta el descanso, la desconexión. Un never-offline que genera agotamiento mental permanente.
Individualismo/Competitividad: Actualmente se promueve un sentido de independencia extrema, donde cada persona debe ser su propio empresario, así lograr el éxito personal a cualquier costo que se traduce en exigencia y presión constante en el colectivo.
Consumo/Búsqueda de estimulación constante: En un intento de escapar del cansancio, Byung-Chul Han argumenta que las personas pueden caer en un ciclo de consumo visual o material excesivo, en la búsqueda constante de estimulación, lo que se ve traducido en un agotamiento energético aún mayor.
Del mismo modo, la autora Sherry Turkle, en su libro "Alone Together: Why we expect more from Technology and less from each other" (2011), explora cómo la tecnología digital afecta nuestras interacciones y conexiones humanas. Turkle, argumenta que a medida que nos volvemos más dependientes de la tecnología, nuestra conexión emocional disminuye, lo que compromete relacionarnos "cara a cara".
En dicha obra, la autora introduce el concepto de "soledad conectada" (connected solitude), que se refiere a la paradoja de sentirnos solos a pesar de estar constantemente online. A través de entrevistas y estudios de casos, Sherry examina cómo la tecnología virtual nos ofrece la ilusión de estar siempre acompañados, pero en realidad nos desconecta de las interacciones humanas IRL (In Real Life / en la vida real). La "soledad conectada" surge de nuestra conexión constante a través de la tecnología. Aunque estamos más que nunca en comunicación constante, muchas personas experimentan una sensación de soledad y aislamiento en medio de esta hiperconexión.
Así mismo, se analiza cómo en el mundo de las redes sociales, muchas personas buscan validación y aprobación a través de los "me gusta", comentarios, seguidores. La falta de reconocimiento en línea puede generar sentimientos de soledad/baja autoestima, ya que se reestructura la identidad en la aprobación de los demás. Es importante recordar que las redes sociales a menudo muestran versiones idealizadas de las vidas de las personas, lo que puede llevar a la comparación social y la sensación de estar "quedándose atrás" en comparación con terceros. El mundo virtual no sólo facilita el aislamiento físico, las personas pueden usar esta tecnología para mantener una distancia emocional con los demás al preferir enviar un mensaje de texto en lugar de hablar por teléfono o reunirse en persona.
La sociedad hiperconectada/sobrecargada de información en la Era Digital ofrece numerosas oportunidades y desafíos. Debemos beneficiarnos de lo virtual mientras mitigamos sus impactos negativos. En conclusión, es crucial encontrar un equilibrio en este nuevo panorama. Debemos aprender a utilizar la tecnología de manera consciente y responsable, aprovechar los beneficios sin caer en sus "trampas". Esto implica ser selectivos con la información que consumimos, verificar su veracidad y evaluar su relevancia.
También debemos establecer límites en nuestro tiempo en línea, buscar formas de desconexión para mantener nuestro bienestar mental y emocional. Así mismo, es fundamental desarrollar una autoconciencia sólida y cultivar una autenticidad genuina en línea para alejar la dependencia en validación externa.
Al encontrar dicho equilibrio entre conectividad-desconexión, y al tomar decisiones informadas sobre nuestro uso de la tecnología, podemos crear una sociedad digital más saludable.
Bibliografía:
Bauman, Z. (2000). Modernidad Líquida. John Wiley & Sons.
Han, B.-C. (2012). La sociedad del cansancio. Herder Editorial.
Turkle, S. (2012). Alone together: Why we expect more from technology and less from each other. Basic Books.
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